Danza | Artes vivas | España

6:10 pm

Duración: 84 min

A finales del 2015 Aimar Pérez Galí comenzó una investigación sobre el impacto que tuvo la epidemia del sida en la comunidad de la danza en el contexto español y latinoamericano (particularmente en México). Apropiándose de la práctica del Contact improvisation, este trabajo se construye como un diálogo con los fantasmas de aquellos que se fueron. Esta práctica de danza, iniciada por Steve Paxton, en la que el movimiento se improvisa a partir del contacto físico entre dos cuerpos, contrasta con las políticas de inmunidad que trajo el VIH/sida. Touching Blues es un trabajo íntimo y afectivo que aborda una época a la que aún al día de hoy debemos seguir dando visibilidad y afrontando con la sensibilidad que requiere. Un trabajo sobre la memoria, sobre los bailarines que dejaron de bailar demasiado pronto; sobre una comunidad que se construyó fuerte en un momento de gran debilidad; y sobre el tacto y el contacto como herramienta de supervivencia. Pero sobretodo es un trabajo que habla del amor, del cambio y del miedo.

Idea y dirección Aimar Pérez Galí

Dramaturgia Aimar Pérez Galí en colaboración con Jaime Conde-Salazar s.u.s.

Danza Óscar Dasí, Jesús Bravo, Jaime Conde-Salazar s.u.s., Daniel Méndez y Aimar Pérez Galí Espacio sonoro Óscar G. Villegas

Diseño espacial e iluminación Cube.bz

Voces Aimar Pérez Galí, Claudia Faci, Óscar G. Villegas

Texto: Aimar Pérez Galí y Jaime Conde-Salazar s.u.s. con citas provenientes de las siguientes obras

  • Estrella de Diego, 2005, Travesías por la incertidumbre,
  • John Greenberg, 1992, “Conferencia” en Aimar Pérez Galí (et.al.), 2019, Lo tocante, Barcelona
  • André Lepecki, 2006, Agotar la danza, Barcelona
  • Chantal Maillard, 2009, Contra el arte, Valencia

Apoyo en la investigación Aimar Arriola

Producción ANTES / Isabel Bassas

Filmación Oscila / Lluís Bullón / Marc Arroyo

Colorista Joan M. Urango

Gráfica Roger Adam

Asesoría legal Ania González

 

Touching Blues es una coproducción de:

Barcelona
ANTES, Associació Cultural de Creació Contemporània / Aimar Pérez Galí

Espai d’Arts Escèniques Casal d’Alella

México
La Coordinación de Difusión Cultural de la Universidad Nacional Autónoma de México a través de El Aleph. Festival de Arte y Ciencia, Cátedra Extraordinaria Ingmar Bergman en cine y teatro, Dirección de Teatro UNAM, Dirección de Danza UNAM y Museo Universitario del Chopo

GRACIAS
Adolfo Esquivel, Antonio Iglesias, Bárbara Alvarado, Bernardo Trias, Carlos Antúnez, Carlos Casella, Celeste González, Claudia Faci, Diego Sempol, Eddy Vielman, Edgardo Mercado, Emma Fernández, Ernesto Orellana, Fernando Juárez, Fernando Us, Ferran Pujol, Guillermina Coll, Gustavo Lesgart, Héctor Garay, Jaime Camarena, Javier Contreras, Jenet Tame, Jordi Cortés, Jorge López Sologaistoa, Juan Domínguez, Lito Eguren, Luciano Gómez, Roberto Samayoa, Rodolfo Prantte, Saul Badillo, Vanesa Rivera, Xevi Dorca, Pepón Prades.

Con el apoyo en la investigación y creación de Generalitat de Catalunya, Graner – Centre de Creació del Cos i el Moviment (Barcelona), Programa de Ayudas IBERESCENA, CaixaForum Barcelona, Tabakalera (San Sebastián), L’animal a l’esquena (Celrà, Girona), PAR – Programa Artistas en Residencia (Montevideo), Centro Cultural de España en Montevideo, CEPRODAC (Ciudad de México) y Museo del Chopo (Ciudad de México), Yaxs (Ciudad de Guatemala), Espacio Práctico (Barcelona)

En el marco de los 40 años de la aparición del VIH.

Cuando se inicia un proceso de creación nunca sabe a dónde le llevará el
camino. Por eso decimos que crear tiene mucho de diálogo con lo
desconocido, es una relación íntima con lo que no sabemos. Cuando en 2015,
Aimar Pérez Galí inició su proyecto The Touching Community solo tenía claro
que sabía demasiado poco acerca del impacto que la pandemia del sida tuvo
en la comunidad de la danza. Por eso comenzó a investigar, a buscar a los
supervivientes, a hacerse preguntas él mismo, a leer y a escribir cartas a los
bailarines muertos a medida que conocía sus nombres y sus historias. Aquella
fue su manera de enfrentarse al silencio que a lo largo de los años ha servido
para tapar y olvidar el horror y el dolor que produjo y aún produce aquella
pandemia.

El proyecto creció y se desplegó en direcciones sorprendentes a medida que
Aimar que se encontraba con las personas y sus relatos, a medida que los
nombres silenciados surgían de las bocas de los testigos, a medida que recibía
respuestas. Primero llegó la conferencia-performance A System in Collapse is a
System Moving Forward (2016); enseguida la obra escénica The Touching
Community (2016); luego la instalación The Touching
Community/Correspondencia, y la acción The Touching
Community/Greenberg_1992, ambas en 2017; más tarde los laboratorios de
investigación táctil Touching Improvisation Lab (2017-2020); después las
publicaciones Lo tocante (2018) y Cuadernos sobre el tocar (2019); y por
último, casi por sorpresa y de forma inesperada, en medio de esta nueva
pandemia, ha llegado el video Touching Blues (2021).

Touching Blues, al igual que el resto del proyecto, tiene un propósito
conmemorativo: seguimos haciendo esto, seguimos insistiendo porque sigue
siendo necesario recordar, escuchar y celebrar los cuerpos de quienes
sufrieron y sufren la pandemia del VIH/sida. Un blues es una canción
melancólica y lenta. Y azul sigue siendo el universo cromático de la propuesta.
Un azul que aprendimos de Derek Jarman y sus blue boys, un azul que, sí
tiene algo de triste, pero que de manera paradójica, a la vez, tiene algo de
brillante, festivo y celebratorio.

Hasta este momento hemos permanecido bien agarrados a lo viviente y a la
desaparición inevitable: la naturaleza de la danza, porque eso es lo que nos
permite relacionarnos de manera directa con los cuerpos de los muertos y
celebrarlos a través de nuestras pieles. Pero ahora, después de todo lo que
estamos aprendiendo, con esta nueva pandemia, descubrimos que con el
video existe la posibilidad de transformar nuestros cuerpos en una imagen que
puede reproducirse; ahora ha cobrado un nuevo sentido.

Touching Blues es una imagen bidimensional que se proyecta sobre un plano
vertical. No requiere de la complejidad y la infinita diversidad de puntos de vista
y de atención posibles en la acción en vivo. Toda esa multiplicidad de lo
presente, se condensa en esta ocasión en un cuadrado perfecto que aparece
suspendido en una pared, como un cuadro, como una imagen bidimensional
que puede repetirse una y otra vez de forma idéntica. Nuestros cuerpos, ahora

se han convertido en manchas de luz que se mueven en una pantalla, en
texturas hipnóticas que hacen ver lo que ya no está, lo que ya pasó y
desapareció. Para ello, en primer lugar, establecimos un único punto de vista,
ese que, suspendido por encima de nuestros cuerpos permitía vernos desde
arriba, desde ese lugar imposible desde el que nadie antes nos había mirado.
Pero eso no ha sido suficiente: una vez que nuestros cuerpos se convirtieron
en imagen, ha sido necesario enmendarle la plana al pobre Jackson Pollock y
hemos vuelto a “colgar” en la pared aquel suelo (azul) que nos sirvió de “arena”
sobre la que se desplegaba nuestra acción. De una manera quizás algo
inocente, hemos vuelto a colgar el cuadro en la pared y esto ha traído una
extraña paz. Como si no fuera tiempo de más luchas, como si una calma
profunda e inesperada se hubiera derramado sobre todo el proyecto una vez
que hemos dejado de pesar sobre el suelo.

Así, parece que la rotación del punto de vista y la rotación del plano han hecho
aparecer en Touching Blues la posibilidad de una forma de contemplación que
quizás se acerca, de una forma sutil, a la devoción. Todo esto no hace sino
ahondar en la naturaleza conmemorativa de este proyecto y en nuestra
decisión de honrar y celebrar los cuerpos de quienes nos precedieron y que
murieron víctimas de lo que todavía hoy seguimos llamando “epidemia del
VIH/sida”.

Pero ahora, esta misión, se redefine gracias a la aparición de esta nueva obra
y por supuesto gracias a CulturaUNAM: El Aleph. Festival de Arte y Ciencia, la
Cátedra Extraordinaria Ingmar Bergman en cine y teatro, la Dirección de
Teatro, la Dirección de Danza y el Museo Universitario del Chopo; y gracias
también a el Espai d'Arts Escèniques Casal d'Alella (Barcelona). A ellas,
nuestro agradecimiento profundo por invitarnos a continuar imaginando nuevas
dimensiones de este proyecto que no ha hecho otra cosa que traer alegría,
gozo y conocimiento a nuestros cuerpos.

Aimar Pérez Galí y Jaime Conde-Salazar s.u.s.
Mayo, 2021

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