De Anton Vidokle
Presenta Carlos Prieto
En este festival se muestra, por vez primera en México, la visión poética del Cosmismo ruso, una de las más desconocidas utopías del arte total comunista. Esta corriente artística, y de pensamiento, que proclamaba la inmortalidad como meta del progreso en las ciencias y las artes, se dará a conocer a través de la trilogía fílmica ¡Inmortalidad para todos!, de Anton Vidokle, quien emprendió una extensa investigación en torno a este peculiar movimiento científico y artístico, que se remonta hasta el filósofo ruso del siglo XIX Nikolái Fiódorovich Fiódorov y se extiende hasta la época de oro de las vanguardias soviéticas.
Cine-ensayo, documental y videoperformance se compaginan. La cámara de Vidokle busca rastros de influencia cosmista en los restos del arte, arquitectura, ciencia e ingeniería de la era soviética; desde las estepas de Kazajstán hasta los museos de Moscú. La música de John Cale, Éliane Radigue y Carsten Nicolai acompañan las inquietantes imágenes de estas tres películas, evocando el anhelo de conexión, igualdad social e inmortalidad en el corazón del pensamiento cosmista. Una aspiración compleja, desbordante pero completamente viva en nuestros días de confinamiento.
2014, 28 min
Filmado en Siberia y Kazajstán, así como en Moscú y la región de Archangelsk, la primer película de esta trilogía sobre el Cosmismo ruso. Para los cosmistas rusos la definición de cosmos no se limitaba al espacio exterior. Más bien se propusieron “crear cosmos”; o, según su acepción estrictamente etimológica: vida armoniosa y eterna aquí abajo, en la Tierra. Su principal objetivo, según la luz que arroja este cortometraje, era “construir una nueva realidad, libre de hambre, enfermedad, violencia, necesidad, carencia, muerte, desigualdad —como el propio comunismo.
2015, 33 min
La segunda parte se dirige hacia la dimensión poética de la cosmología solar del biofísico soviético Alexander Chizhevsky. Filmado en Kazajstán, donde Chizhevsky fue encarcelado, y luego exiliado, la película nos presenta su investigación, acerca del impacto de las emisiones solares en la sociología, la psicología, la economía y la política, bajo la forma de guerras, revoluciones, epidemias y otras convulsiones humanas. La película pone en paralelo la vida de los pobladores rurales de la era post-soviética y los proyectos futurológicos del cosmismo ruso, para enfatizar que los objetivos de los tempranos avances soviéticos, respecto de la deseada conquista del espacio exterior, no obedecía a la aceleración técnica, sino la causa común de la humanidad en su lucha contra las limitaciones de la vida terrestre.
2017, 34 min
La última parte es una meditación en torno al museo como espacio de resurrección: idea central para muchos pensadores cosmistas, científicos y artistas de la vanguardia soviética. Filmada en la Galería estatal de Tretiakov, el Museo Zoológico de Moscú, la Biblioteca Lenin y el Museo de la Revolución, la película destaca las técnicas museológicas de colección y conservación: medios de restauración material de la vida, siguiendo las ideas de un ensayo escrito por Nikolai Fedorov sobre el tema, en 1880. El filme sigue a un elenco compuesto por partidarios actuales de Fedorov, actores y artistas que representan juguetonamente la resurrección de una momia, examinan de cerca el Cuadro negro de Malévich, las construcciones espaciales de Ródchenko, distintos animales disecados, artefactos de la Revolución rusa, maniquíes y esqueletos que escenifican una especie de fresco viviente para crear una visualización contemporánea.