¿Cuál es el estado del Estado para enfrentar esta nueva agenda de riesgos sociales que hoy se presenta? La COVID-19 hace visibles las brechas y los rezagos en los que vive la mayoría de la población mexicana, y evidencia los perniciosos efectos del estancamiento económico de los últimos 30 años, la debilidad de las finanzas públicas y la conformación de una política social fragmentada, desarticulada y con grandes problemas en su operación. La emergencia sanitaria vuelve más dura la realidad de que, de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), solo dos de cada diez mexicanos no sean pobres ni vulnerables. El nuevo riesgo social que significa esta pandemia implica que la mayor parte de la población no tiene condiciones para resistir el riesgo sanitario, lo cual se da en un contexto de enormes amenazas: expansión de las violencias, erosión de la sustentabilidad ambiental, intenso desplazamiento poblacional y erosión del Estado de Derecho.