La epidemia se extendió por todo el mundo. No solo es una amenaza para la vida y la salud de las personas, sino también un gran desafío para la seguridad de la salud pública mundial. La pandemia parece una Tercera Guerra Mundial en todos los sentidos. Ha impactado, de manera adversa, en los países desarrollados y también en los que están en desarrollo. América Latina es el último continente que fue alcanzado por la COVID-19: en él se ha trastocado la política, economía, sociedad y salud de las personas. Ante el feroz ataque del virus, todas las naciones de América Latina han dado una respuesta rápida y positiva; han tomado muchas medidas efectivas: cerrar fronteras y escuelas, implementar la cuarentena y distancia social. Por tales medidas, la propagación del virus no ha estado del todo fuera de control. ¿Qué hemos aprendido de este impacto?